La menopausia marca un antes y un después en la vida de la mujer, que deja huella tanto en su salud física como emocional. Tanto es así que incluso la salud de la piel se ve afectada. Lo habitual es que aumente la sequedad, pero no solo puede aparecer ese problema. La caída de los estrógenos puede desencadenar brotes de acné inesperados, incluso en edades en las que ya se creían superados. Este fenómeno, cada vez más común en la adultez, responde a múltiples factores: desde desequilibrios hormonales hasta el estrés, la dieta o el uso de cosméticos inadecuados. Sobre todo, ello hemos hablado con Jerónimo Ors, farmacéutico y director de Cosméticos Paquita Ors.
¿Por qué algunas mujeres desarrollan acné durante la menopausia, incluso si nunca lo tuvieron antes?
La menopausia y la perimenopausia pueden ser unas épocas de inquietud e inestabilidad, tanto física como emocional. Empieza una nueva época que en absoluto tiene por qué ser peor que las anteriores, ya que la mujer también puede encontrarse atractiva, aunque suele ser vista por mucha gente como una época de declive irrevocable. Esto hace que predomine muchas veces un sentimiento de resignación y una actitud de invisibilidad hacia los demás, y son frecuentes ciertos sentimientos de ansiedad o de tristeza. Filológicamente, la menopausia conlleva, entre otros aspectos, una caída de los estrógenos, los grandes amigos de la salud y la belleza de la piel y el cabello. Este declive estrogénico tiene en proporción un incremento de los andrógenos que, aunque son imprescindibles para muchas cosas en nuestra fisiología, producen una cierta tendencia hacia el acné, la caída del cabello, la aparición de caspa y una piel menos bonita y luminosa.
¿Qué papel juegan los estrógenos y los andrógenos en la aparición de brotes en esta etapa?
Podríamos decir que la menopausia es un poco como una adolescencia al revés: se suman los cambios hormonales –con su repercusión física–, la inestabilidad emocional y muchas veces la incomodidad que producen los sofocos, el incremento de peso y otros factores. El incremento de los andrógenos vuelve la piel más grasa y suelen asociarse pequeñas caídas de defensas en la piel.
¿Cómo influyen el estrés y el cortisol en el acné menopáusico?
El estrés es y será siempre el gran enemigo del acné y de los problemas de la piel en general. Hay que recordar que la piel es uno de los órganos más inervados de nuestro cuerpo, donde radica el sentido del tacto y donde tenemos millones de corpúsculos que envían información al cerebro, pero también donde, en un mecanismo de feedback, los nervios de la epidermis son influidos por las emociones, alterando el ecosistema de la epidermis. El estrés es, además, el gran liberador de citoquinas proinflamatorias.
¿Cómo puede una mujer saber si sus granos están relacionados con la menopausia y no con otros factores como alimentación o cosméticos?
Normalmente se suele dar una mezcla de factores que es difícil deslindar. Nos encontramos ante una época de inestabilidad y de confusión porque las hormonas no caen de un día para otro, sino que van teniendo altibajos, picos y valles, con algunos periodos de estabilidad, pero predominan cada vez más las depresiones hormonales. Muchas veces se añade el componente psicológico de la inseguridad y la ansiedad.
¿Qué características tiene el acné hormonal en esta etapa?
Los acnés de predominio hormonal tienen siempre una zona muy característica, que es el mentón; para que nos hagamos una idea, está asociado con la aparición del típico granito o granitos de la regla. Es habitualmente donde empieza el problema y también suele ser la última zona en curarse cuando está en periodo de desaparición. Una posible señal de alarma es que, al llegar al periodo menopáusico, nos empiecen a aparecer comedones con cabeza blanca por debajo de los labios.
¿Qué errores comunes se cometen al tratar el acné en piel madura?
El acné, como tantas infecciones, produce un enorme aumento de la sensibilidad de la piel y también una sensación de molestia e incomodidad, que se define como disconfort: no nos encontramos a gusto ni con nuestro aspecto ni con lo que sentimos. En primer lugar, y como gran error, empezamos a utilizar maquillajes muy cubrientes para disimular los granos. Esto no hace, por supuesto, más que empeorarlos al tapar más el poro.
Otro error muy habitual es el uso de cremas muy nutritivas o muy estimulantes para la dermis ante la tirantez, el deterioro estético y el envejecimiento acelerado. Usar sustancias como el retinol no es bienvenido en este estado de la piel, ni tampoco aquellas con un alto contenido graso con esteroles o ésteres grasos que, además de taponar la glándula sebácea, producen un medio de cultivo muy rico que fortalece el sobrecrecimiento bacteriano.
¿Es recomendable usar productos antiacné convencionales en pieles maduras o hay que adaptar la rutina?
Por supuesto, aunque siempre es indispensable la consulta médica, tenemos que empezar cambiando nuestros hábitos y nuestras rutinas. De estar utilizando cremas muy nutritivas y muy estimulantes, tenemos que pasar a cremas de textura ligera. Hemos de pasar de peeling o mascarillas agresivas a usar productos de limpieza muy suaves, como aguas vegetales de rosas, angélica o manzanilla, y sobre todo tenemos que introducir en nuestra rutina cremas que contengan activos que nos ayuden a regular las hormonas en la piel. (Hola.com).












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