El pueblo indígena Wiwa, de la Sierra Nevada de Santa Marta, está de luto por la partida de la saga Santa Gil Dingula, una sabedora ancestral que estuvo presente en el Plan Especial de Salvaguardia de su sistema ancestral de conocimientos. El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes lamenta su muerte, expresa sus condolencias a sus familiares y resalta el papel fundamental de las sagas —representadas en la madre Tierra y el agua— para la sabiduría, la armonía, el cuidado y la paz de sus mujeres y comunidades.
Nacida el 10 de mayo de 1930 e hija de Félix Dingula y María Antonia Gil de la comunidad de Avingue, Santa Gil Dingula, saga del pueblo Wiwa desde el 2011, “será recordada como una mujer luchadora, humilde, sencilla, respetable, sincera, muy tratable y cumplida en sus acciones”, dice Eriberto Mejía Barros, miembro de la comunidad. “Es una pérdida muy grave para el pueblo. Desde el más allá, seguirá acompañándonos para la permanencia y pervivencia cultural de la mujer Wiwa”, añadió.
A lo largo de sus años, la saga transmitió el conocimiento de la sabiduría a las mujeres de la comunidad, incluyendo la importancia de la danza y el baile. Desde los espacios sagrados, las orientó en el orden y el comportamiento en el territorio para el equilibrio de la naturaleza, además de formarlas en el tejido de la mochila.
También, la Santa Gil Dingula impulsó desde lo espiritual la creación de la empresa indígena Dusakawi, en 1997; las líneas estratégicas del sistema indígena de saluda propia e intercultural, en 2016; y la creación y unificación de la comunidad de Tezhumke, desde el año 2000.