Una de las preocupaciones más comunes que los pacientes traen al sillón del dentista es la de las encías retraídas. A menudo, lo primero que se piensa es: «Debo de tener una enfermedad de las encías».
Aunque esto puede ser cierto, la retracción de las encías no siempre es un signo claro de enfermedad. De hecho, muchas personas no notan ningún problema hasta que empiezan a experimentar sensibilidad dental a los alimentos fríos, calientes o dulces – o notan que su sonrisa cambia, con superficies dentales más visibles o pequeños huecos que aparecen entre los dientes.
Los dentistas suelen responder a esta preocupación con una solución rápida: aplicar empastes blancos de composite cerca de la línea de las encías. Si bien esto puede ayudar con la sensibilidad a corto plazo, puede empeorar el problema con el tiempo al contribuir a una mayor recesión de las encías.
La enfermedad de las encías, también conocida como periodontitis, es una afección grave. Siempre deben investigarse síntomas como el sangrado al cepillarse, dientes a la deriva, mal aliento persistente o movilidad dental. Sin embargo, la recesión de las encías también puede tener otras causas.
Usar demasiada fuerza o cepillarse con herramientas inadecuadas, como un cepillo de cerdas duras, puede desgastar gradualmente el tejido de las encías.
Los cepillos eléctricos pueden ayudar reduciendo la presión, sobre todo los modelos más nuevos que se iluminan cuando se cepilla con demasiada fuerza.
Pero, en realidad, muchas personas se fijan más en cuánto tiempo se cepillan que en cómo lo hacen. Incluso las aplicaciones inteligentes que se emparejan con estos cepillos suelen destacar el tiempo de cepillado en cada zona, en lugar de la presión aplicada.
Soluciones
La buena noticia es que existen soluciones. Cada caso es único, pero con los conocimientos y técnicas adecuados, los dentistas pueden ayudar a los pacientes a recuperar tanto la salud de las encías como su aspecto.
Para los casos en los que el tejido gingival ha retrocedido significativamente, existen varias opciones quirúrgicas en función de las necesidades y objetivos del paciente.
Para los problemas funcionales, se suele utilizar una técnica denominada injerto gingival libre. Consiste en trasplantar una fina capa de tejido -generalmente tomada del paladar- para crear una banda de encía rosada y resistente alrededor de la base de los dientes. Esto ayuda a los pacientes a cepillarse cómodamente sin irritar el tejido blando de la encía. (BBC Salud).