Quieres a tu pareja. Pero a veces te descubres deseando que cambie. Que sea más cariñosa, que tenga más iniciativa, que actúe de otra manera en público, que vista distinto o que se parezca más a lo que imaginabas. Ese impulso, tan frecuente como silencioso, puede convertirse en una trampa emocional que debilita la relación desde dentro, así como, también, general malestar tanto en quien siente que están tratando de transformarle, como en quien pretende hacerlo, aunque sea de manera inconsciente.
Cuando esto ocurre, son muchas las preguntas que aparecen. ¿Es una señal de que algo no funciona o simplemente el reflejo de nuestras expectativas no resueltas? O, una de las más comunes, suele ser pensar que, querer cambiar a nuestra pareja, puede ser indicador de que nos avergonzamos de ella. Y ahí entra otro dilema: ¿podemos querer a alguien de quien nos avergonzamos? La terapeuta de pareja, Fátima Gallardo (www.creandodialogos.com), responde sobre este patrón tan común y recurrente en parejas: «No significa que nos avergoncemos de nuestra pareja en su conjunto”. Y es que ese deseo de cambio no suele estar ligado a un rechazo completo, sino a gestos puntuales, a detalles que nos incomodan en determinados momentos.
Por qué queremos cambiar a nuestra pareja
Mucho de ese impulso nace, según la terapeuta, de la idea —a menudo interiorizada sin darnos cuenta— de que para que una relación funcione, el otro debe encajar en nuestro modelo. “En ocasiones, detrás de ese empeño está la creencia de que, para que la relación funcione o para que nosotros estemos bien, la otra persona tiene que cambiar”, comenta. “Es como si pensáramos que nuestra manera de hacer las cosas es la correcta, o que lo que necesitamos para sentirnos a gusto en pareja depende de que el otro se adapte a nuestro molde, o porque socialmente tenemos la idea de que las relaciones son de una determinada manera y tenemos que intentar ser una pareja de esta forma”.
La profesional advierte que es habitual ver en consulta a parejas que, tras un tiempo juntas, empiezan a expresar demandas que no se ajustan a la naturaleza del otro. En estos casos, se produce el enfrentamiento: «El problema aparece cuando esas diferencias, que siempre han estado ahí, dejan de ser invisibles y empiezan a pesar», afirma.
La importancia de aceptar a tu pareja tal y como es
Aceptar al otro tal y como es parece sencillo, pero no siempre lo es. A menudo preferimos intentar ajustar a la pareja a nuestro ideal en lugar de replantearnos nuestras propias ideas sobre el amor. Entonces nos sentimos egoístas, creemos que no estamos queriendo bien, o, hay quien también, continúa en su empeño de que su pareja comience a tener otra personalidad o aspecto. Como la experta comenta, viendo la situación desde la distancia, resulta mucho más fácil tratar de transformar al otro, que comenzar a centrarse en lo bueno que nos ofrece y lo que nos hizo querer estar con él. Sin embargo, esto último resulta clave para poder tener una relación sana.
Las redes sociales y los modelos heredados influyen mucho más de lo que crees. La terapeuta señala cómo esos referentes ideales distorsionan lo que esperamos de una relación. “Muchas veces lo que ocurre es que tenemos en la cabeza una idea de cómo debería ser una pareja, o cómo queremos que sea, ya sea por lo que hemos visto en nuestro entorno, en los medios o en las redes sociales”, explica.
Cómo practicar la aceptación y ver lo bueno de tu pareja
Pero ¿cómo aprender a valorar lo que ya tienes? ¿Cómo dejar de exigir perfección y empezar a construir desde lo real? Fátima Gallardo indica varios pilares a tener en cuenta: «Tres de los retos más necesarios a los que se enfrenta cualquier pareja, y que considero fundamentales en mi trabajo, especialmente en esas situaciones donde uno siente la necesidad de cambiar al otro, son el de aprender a valorar lo que tenemos en la relación, trabajar la aceptación y, por último, revisar las expectativas sobre cómo debería ser una pareja para poder crear la relación que realmente queremos”. (Hola.com).