Estas obras representan más que ladrillos y cemento: son una promesa cumplida con las comunidades de la zona rural del municipio de Uribia y la Alta Guajira que, durante años, han enfrentado profundas brechas de acceso y permanencia escolar. En zonas donde muchos niños y niñas deben caminar hasta cuatro horas por rutas informales para llegar a sus aulas, estas construcciones significan un nuevo comienzo.
Gracias al trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación y la Fundación Pies Descalzos, se han construido más de 9.700 mts2 con una inversión total superior a los 21 mil millones de pesos colombianos, hoy es posible dar un paso firme hacia el cierre de brechas educativas en el departamento. Este esfuerzo interinstitucional busca no solo construir espacios escolares, sino avanzar en la garantía del derecho a una educación digna desde los territorios más vulnerables del país.
Cada una de las seis escuelas contará con nuevas aulas, y dependiendo de las necesidades de cada comunidad, con comedores, cocinas, baterías sanitarias o pozos de agua, siempre con diseños pensados para el bienestar de los estudiantes. Además, los proyectos de infraestructura reemplazan espacios anteriores construidos con yotojoro, brindando condiciones óptimas para el aprendizaje, sin perder el arraigo cultural: el yotojoro ahora se integra algunas de las ventanas y puertas como elemento identitario y funcional.
En estos proyectos, el 90 % de la mano de obra es local. Las escuelas se construyen con materiales del territorio, como los bloques hechos en bloqueras comunitarias con arena gruesa de río, cemento y pigmento amarillo, que forman una película impermeable, aumentando la sostenibilidad del material.