El Bienestar Familiar demuestra que la transformación es posible y que las oportunidades abren caminos hacia la esperanza. A través del «Proyecto Sueños» y la Subdirección de Responsabilidad Penal, impulsa una estrategia innovadora que vincula a adolescentes y jóvenes del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes y a personas desvinculadas, en la construcción de huertas agroecológicas y biofábricas.
Esta iniciativa, operada por el Centro de Formación Juvenil del Cesar, busca mucho más que cultivar la tierra, pretende sembrar conocimiento, resiliencia y sentido de vida en los participantes. Mediante procesos de formación integral, aprovechamiento positivo del tiempo libre y experiencias que articulan el saber, el ser y el hacer, los beneficiarios avanzan en la reparación emocional y el fortalecimiento de sus proyectos de vida.
Un total de 10 adolescentes y jóvenes hacen parte de este proceso, encontrando en la agroecología una herramienta de inclusión social, productividad y reconciliación con su entorno. Las huertas, además de ser espacios de aprendizaje y trabajo colectivo, se han convertido en lugares para embellecer el entorno y promover la sostenibilidad.
«Sembrar una semilla es también sembrar un futuro distinto. Estos jóvenes están demostrando que, con acompañamiento y confianza, es posible transformar realidades y abrir nuevas rutas de vida lejos de la vulnerabilidad y el conflicto», destacó Lorena Stummo, líder del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA).
Con esta estrategia, Bienestar Familiar reafirma su compromiso con el restablecimiento de derechos y la construcción de oportunidades para que los adolescentes y jóvenes encuentren en el trabajo, la educación y el cuidado de la tierra un motor de cambio personal y social.