El dolor lumbar es una epidemia mundial que afecta y discapacita a millones. Pero, por suerte, hay formas no farmacológicas de conquistarlo, para que la espalda deje de ser un infierno que afecte la calidad de vida.
Expertos recomiendan intentar cinco acciones sin medicamentos que, si se practican a diario o con frecuencia, pueden mantener controlado el dolor.
Puntos clave
El dolor lumbar es una de las principales causas de discapacidad laboral.
Cerca de 60 millones de personas en Latinoamérica lo padecen de manera constante.
Hay formas no farmacológicas de controlarlo.
1. Hacer terapias de frío y calor
Cuando aparece el dolor, sugieren intentar compresas frías, que puede aliviar el dolor adormeciendo el área y reduciendo la hinchazón. Dos días después, la compresión con calor calma y relaja los músculos doloridos y aumenta el flujo sanguíneo, lo que ayuda a mejorar. esta estrategia funciona durante una semana.
2. No reposar en la cama
Alguna vez fue la base del tratamiento para el dolor de espalda, pero ahora el reposo ha perdido popularidad. Los médicos ahora saben que es mejor seguir moviéndose para que los músculos no se pongan rígidos. Si se quiere reposar, no debería ser por más de un par de horas, y no más de uno o dos días.
3. Realizar actividad física, moverse, caminar
El ejercicio ayuda a desarrollar músculos fuertes y flexibles que serán menos propensos a sufrir lesiones. Un buen programa suele incluir las tres formas principales de ejercicio: actividad aeróbica, entrenamiento de fuerza y ejercicios de flexibilidad.
4. Mantener la mente calma
Cada vez hay más evidencia científica de que el cuerpo y la mente son una unidad, el bienestar de uno depende de otro.
Las personas que tienen dolor crónico o problemas para manejar lo que la vida les depara tienen casi tres veces más probabilidades de tener dolor de espalda que las personas que no tienen ninguno de los dos. La ansiedad puede generar dolor físico real.
También existen efectos recíprocos en la salud mental: el dolor lumbar crónico se asocia con una mayor depresión, y la depresión está relacionada con una mayor discapacidad y una peor recuperación en personas con dolor lumbar.
5. Modificar hábitos de vida
Cuando se tiene dolor crónico, es importante aceptar las limitaciones y adaptarse. Hay que tener conciencia de las actividades que empeoran el dolor y evitarlas si es posible, para aliviar o prevenir el dolor. Otro cambio importante en el estilo de vida que se puede intentar es dejar de fumar. Se sabe científicamente que la nicotina acentúa el dolor y retrasa la curación.
Terapias complementarias, que tienen evidencia científica mixta, como la acupuntura, sesiones con un quiropráctico, masajes y yoga, también pueden ayudar con el dolor lumbar.
Datos
El dolor lumbar es una epidemia mundial que está aumentando. Cerca de 620 millones de personas en todo el mundo sufrieron dolor lumbar en 2020 (cerca del 10 % de la población mundial), y se espera que para 2050 esa cifra alcance los 843 millones.
Con una escasez de tratamientos eficaces comprobados, una dependencia continua de atención médica y un impacto desproporcionado en poblaciones desfavorecidas y culturalmente diversas, ¿qué se necesita para cambiar el rumbo del dolor lumbar? Muchos expertos creen que las alternativas no farmacológicas consistentes son la que podrían revertir esta curva ascendente.
Este dolor en la parte baja de la espalda, que experimentan el 80% de las personas en algún momento de sus vidas y cuya prevalencia es mayor entre las personas en edad laboral, también aumenta el ausentismo, disminuye la productividad y contribuye a la jubilación anticipada.
Según la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor, 60 millones de personas en Latinoamérica experimentan dolor crónico, en gran parte asociado a la salud lumbar. (BBC Salud).