En un mundo obsesionado con la juventud eterna, la preocupación por el envejecimiento del organismo se ha arraigado profundamente en la psique colectiva. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado desesperadamente la fuente de la eterna juventud, una quimera que ha inspirado mitos, leyendas y, más recientemente, una industria multimillonaria. En la búsqueda constante por desafiar al reloj biológico, la ciencia, la medicina estética y hasta la tecnología desarrollan ideas que ofrecen revertir los estragos del tiempo.
Cada avance representa un paso más cerca de desentrañar los misterios del envejecimiento y transformar nuestra edad biológica. Las personas comunes, que no estamos dentro de la comunidad científica, tal vez no podemos aportar ideas para las investigaciones, pero mientras seguimos con nuestras vidas cotidiana, sí podemos seguir recomendaciones de verdaderos expertos en la materia, informarnos y, por supuesto, cuidarnos evitando caer en manos de charlatanes o en tratamientos que más bien pueden ser peligrosos para nuestra salud.
El doctor David Sinclair, profesor de genética en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y codirector del Instituto Paul F. Centro Glenn de Investigación sobre la Biología del Envejecimiento ha profundizado a lo largo de muchos años acerca de la forma en que se organiza y se regula el ADN -lo que se denomina epigenética- y ha encontrado que la pérdida de información en ese proceso, acelera el envejecimiento, mientras que la restauración de esa información puede revertirlo. ¡Revertir el envejecimiento, no frenarlo!
Y no pensemos solamente en estética, o en arrugas. Realmente estos hallazgos, tal como menciona el doctor Jae-Hyun Yang, investigador en genética en el laboratorio Sinclair podrían transformar “la forma en que vemos el proceso de envejecimiento y la forma en que abordamos el tratamiento de las enfermedades asociadas con el envejecimiento”.
¿Pero fuera del laboratorio qué podemos hacer para trabajar en nuestro propio rejuvenecimiento? En una entrevista para GQ Magazine, el doctor Sinclair reveló algunas recomendaciones para que podamos restar 10 años a nuestra edad biológica, que para el especialista se define como el estado del organismo desde el aspecto celular.
Entre las primeras observaciones de Sinclair, en este sentido, está echar por tierra una de las creencias populares más comunes: A los 20 años no somos inmunes al daño celular. Lo que hacemos y lo que ingerimos cuando tenemos 20 años afecta a nuestra salud en el futuro. Y es que el reloj epigenético corre desde el momento en que nacemos. Así que nunca es demasiado temprano para cuidar nuestra salud, pero nunca es demasiado tarde.
Para Sinclair, quien asegura que ha restado diez años biológicos a su cuerpo, el secreto está en tres claves esenciales. La primera, es no comer demasiado. El médico se salta el desayuno y considera que las tres comidas al día más snacks es mucho más de lo que el cuerpo realmente necesita, pero no se trata de pasar hambre, o de restringir alimentos. Lo que sugiere es establecer un intervalo de ayuno diario a partir de los 20 años, durante el cual se consuma la nutrición y las calorías dentro de una ventana de tiempo específica. Esto implica retrasar considerablemente el almuerzo o cenar en un horario más tardío.
Esto coincide con investigaciones recientes que arrojan que este esquema de alimentación ayuda, más que a controlar el aumento de peso, a equilibrar la presión arterial y otros procesos del organismo.
La segunda recomendación del experto para restar años a nuestro organismo es incorporar polifenoles a nuestra vida. Sinclair habla específicamente del resveratrol, que consume como suplemento todas las mañanas con un poco de yogur -para no romper su ayuno- y también lo consume a través del té verde matcha. Además, destaca que evita el trabajo sedentario y que toma mucha agua y té caliente a lo largo del día.
Hay que decir que podemos incorporar polifenoles como el resveratrol a nuestra dieta, ingiriendo más frutas como las uvas o las manzanas, que además ayudan a combatir procesos inflamatorios en el cuerpo. Además, es fundamental que, antes de consumir cualquier suplemento vitamínico, consultemos a nuestro médico de cabecera porque que un producto sea natural, no quiere decir que sea inocuo.
Por último, la tercera gran recomendación de Sinclair es eliminar el azúcar y el alcohol. De hecho, le resta crédito a la famosa copa de vino al día, a la que se le adjudican beneficios, pues un vaso de alcohol al día puede afectar las células cerebrales. Su dieta, aunque incluye leche, no incluye carnes, pero se asegura de ingerir suficientes frutos secos y vegetales y asegura que es porque esto es lo que le gusta comer.
Como datos finales, el experto recomienda como snack el chocolate amargo, con 80 % de cacao; el ejercicio frecuente, que puede consistir en ejercicios de fuerza tres veces a la semana y caminar; y no ser tan estrictos, pero sí constantes en lo que nos proponemos, si no, no veremos resultados. (Yahoo/vida y estilo).