Así como la mujer le preocupa el aspecto de nuestro cabello, si es fuerte, suave, brillante, saludable, si crece o si se cae, al hombre también. Quizás algunos no se preocupan por tantos detalles, pero es normal y está bien que se preocupe por su apariencia y esto incluye la posibilidad de quedar calvo o no.
Por supuesto, ellos tienen la gran ventaja de que dentro de los códigos estéticos que socialmente corresponden al género masculino está permitida la calvicie y en muchos casos realmente luce muy bien. Stanley Tucci, Dwayne Johnson o Zinedine Zidane, son buenos ejemplo de ello.
Sin embargo, es también cierto que la autoestima y la percepción de uno mismo son altamente subjetivas, cambian de persona a persona y pueden verse influenciadas por una variedad de factores, incluyendo la personalidad, las experiencias de vida y las actitudes culturales hacia la apariencia física. Algunos hombres pueden adaptarse fácilmente a la calvicie y no dejar que afecte su autoestima, mientras que otros pueden sentirse muy preocupados e inseguros por esta y otras causas vinculadas con la apariencia.
Según explica Daniela Yegres Berrizbeitia, especialista en cuidado capilar, los factores que influyen en la pérdida de cabello y, en definitiva, en la calvicie son variados.
Podemos estar ante problemas de tracción, es decir, cuando halamos el cabello usando colas, por ejemplo. También puede ser por desequilibrios hormonales, o puede ser por problemas emocionales, como sufrir una gran carga de estrés, lo que se llama alopecia areata y que con diagnóstico y tratamiento adecuados tiene solución; puede ser por deficiencia de vitaminas y minerales, y también, la genética, en cuyo caso es inevitable.
Las primeras causas pueden revertirse con toda seguridad, siguiendo las indicaciones del médico y de los especialistas en salud capilar, y actuando a tiempo, pero la genética no falla y la única solución sería un injerto, pero la verdad, es muy común. Según cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México, cinco de cada 10 hombres entre 20 y 30 años de edad sufren alopecia androgenética, en ese país, y conforme se envejece, la cifra aumenta a ocho de cada 10 varones.
En cualquier caso, vale la pena detectar las señales que avisan si la calvicie está en la ruta de vida para tomar acciones con tiempo, prevenirla, evitarla o, por qué no, abrazarla. Lo primero es saber que es normal que se caigan entre 50 y 100 cabellos al día, según se explica en Clínica Mayo, y no lo notamos porque cuando estas hebras caen ya hay nuevo cabello creciendo. Es un proceso normal.
Ahora bien, Yegres explica que una de las señales más notorias y que debemos atender es observar una cantidad importante de cabello en la almohada al despertar; en la ropa, en la ducha al lavarse e incluso cuando al pasar el peine o cepillo.
Otra señal, que muchas veces las personas se niegan a admitir, la dan las entradas. Cuando hay una recesión progresiva del cabello en esa primera línea de cabello sobre la frente hay que estar atentos. En este caso es muy importante que observemos si tenemos el hábito de tocarlo o halarlo para peinarlo demasiado, si usamos secador y cepillo a diario o si se usan colas o ligas. Es ideal dejar de seguir estas prácticas y observar si el cabello se fortalece o crece nuevamente. En la coronilla se hace un poco más difícil porque no vemos esa zona con frecuencia, pero podemos sentir que el cabello se siente más suave, más fino y menos denso.
Una tercera señal que nos avisa de la calvicie es la miniaturización del cabello. Yegres explica que lo que ocurre es que la raíz del folículo capilar se va atrofiando y esto afecta el desarrollo del cabello restante, con lo cual crece débil y poco.
En todo caso, recordemos que el paso esencial para poder solucionar este problema eficientemente, es acudir al médico a tiempo. Si nos preocupa la caída del cabello o la calvicie, no esperemos a que ya sea demasiado tarde, un ajuste en los nutrientes que se consumen, en la dieta e incluso en nuestro estilo de vida, podrían revertir la situación. (Yahoo/vida y estilo).