188 nuevas obras de infraestructura, 71 reactivadas y 9 entregadas, es el balance que a la fecha deja el programa Obras para la Vida, de Prosperidad Social, que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida, la generación de ingresos de poblaciones vulnerables y ayudar a cerrar las brechas territoriales.
La iniciativa, puesta en marcha el pasado 2 de agosto y que dirige sus recursos a obras nuevas y al rescate de otras que estaban estancadas y son clave para el desarrollo de las regiones, busca impactar 230 de los municipios más pobres del país a través de 268 obras de infraestructura con una inversión de $ 780.328 millones.
La selección de estos municipios se enmarcó en criterios de medición de pobreza del Dane, el índice de riesgo de victimización de la Unidad para las Víctimas, y el índice de vulnerabilidad y priorización de estrategias de lucha contra el hambre del Icbf.
39 de estas obras son estratégicas para promover la seguridad alimentaria en los municipios priorizados, y están alineadas con el capítulo del derecho humano a la alimentación, uno de los pilares del Plan Nacional de Desarrollo.
Otros proyectos están relacionados con plazas de mercado, centros comunitarios, centros de transformación avícola y piscícola, plantas semi-industriales de procesamiento y almacenamiento, centros de acopio, vías terciarias y complementarias, puentes, así como construcción de andenes y tramos de placa huella.
Prosperidad Social firmará un compromiso con los alcaldes de los municipios beneficiados, con el acompañamiento de la Contraloría General de la República, para garantizar la finalización de los proyectos.
Las intervenciones se ejecutan en Amazonas, Atlántico, Antioquia, Chocó, Caldas, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Guainía, Huila, La Guajira, Magdalena, Meta, Quindío, Nariño, Bolívar, Boyacá, Norte de Santander, Putumayo, Santander, Valle del Cauca, Risaralda, Sucre, Tolima, Vaupés y Vichada, y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.